Cita con la Fama

Alfredo Gutierrez

Pocos apodos tan bien llevados como el del “Rebelde del Acordeón” que ostenta el acordeonero, compositor y cantante Alfredo de Jesús Gutiérrez Vital. El sobrenombre se lo dio el periodista Pedro Juan Meléndez cuando, en 1969, el músico decidiera abandonar la contienda del segundo Festival de la Leyenda Vallenata, ante lo que él consideraba un evento falto de garantías. No obstante, la historia lo vería coronarse rey no en una, sino en tres oportunidades.

Colombia es privilegiada al contar con este artista, a sus 80 años, y todavía en plena actividad.

En libro conmemorativo del Festival Francisco el Hombre de 2013, año en el que Gutiérrez fue declarado artista homenajeado, manifestaba lo siguiente el experto en música y literatura Ariel Castillo Mier: “Gracias a su actitud iconoclasta y rebelde, Alfredo cambió el formato del grupo tradicional del vallenato al introducir los coros y el bajo electrónico a las grabaciones, despojando al acordeón de sus resabios rurales para adaptarlo a las urgencias de la urbe, con lo que despegó el camino que conduce al esplendor internacional de nuestros días tras la osadía de Carlos Vives y otros intérpretes infieles al estatismo que paraliza las tradiciones populares”.

Nacido en Los Palmitos, Sucre, en abril de 1943, Gutiérrez Vital se inició en la música en el grupo Los Pequeños Vallenatos junto con sus nacientes colegas Arnulfo Briceño y Víctor Gutiérrez, y luego, a partir de 1962, integraría las filas de Los Corraleros del Majagual, agrupación que fundó al lado de sus colegas en acordeón Calixto Ochoa y César Castro. Luego inició carrera como solista, destacándose como virtuoso en la ejecución de su instrumento, lo que le ha valido ser coronado Rey Vallenato en 1972, 1973 y 1986. Ningún otro colega ostenta esa categoría de “trirrey”.

Como solista, Alfredo Gutiérrez ha logrado salirse de las márgenes de los cuatro aires vallenatos con holgura, para transitar además por la cumbia, la salsa y esa mezcla entre bolero y paseo vallenato llamada pasebol, que él popularizó con varios de sus clásicos. También ha hecho rancheras, tango y hasta música clásica en vallenato, grabó con arpa, violines y guitarra hawaiana e incursionó en el mundo del merengue dominicano.

Dueño de un carisma y una presencia escénica sin igual, ha grabado más de cien discos y ha consolidado una carrera que lo ha llevado por todo el mundo. Además de sus triunfos en el Festival de la Leyenda Vallenata, Gutiérrez ha obtenido tres Congos de Oro en el Carnaval de Barranquilla, un Trébol de Oro y un Califa de Oro en México, y dos premios en Alemania como el Campeón Mundial de Acordeón en 1991 y 1992.

Su repertorio se ha cimentado en piezas propias y ajenas como “Ojos indios”, “Ojos gachos”, “Corazón de acero”, “Matilde Lina”, “Cabellos largos”, “Dos mujeres”, “Cabellos cortos”, “Anhelos”, “Ay Elena”, “Los novios”, “El caserío”, “La camisa rayá”, “Dientes de marfil”, “Ojos verdes”, “La carta No. 3” y “El solitario”, entre muchísimas más. Gracias a ello es también un artista preferido en varios países de habla hispana.